Llego el 2025 y cada vez más personas están probando una tendencia que desafía cómo nos vinculamos con el consumo: el año sin compras. En un mundo donde el costo de vida aprieta, sobre todo para lxs más jóvenes, la idea de que comprar nos hace felices está quedando en jaque. Pero, ¿cómo se encara un desafío así en un contexto lleno de tentaciones? Esta guía va para quienes se animen a intentarlo.
.
.
Salir sin gastar un peso parece misión imposible. Estamos rodeados de promesas: desde el café de especialidad que te hace sentir especial hasta el outfit que “te representa”. Pero cada vez más personas se están replanteando esta narrativa. Muchos ya no compran la idea de que gastar es igual a bienestar, y cierran 2024 con el desafío de un 2025 sin compras.
.
.
El cambio también empieza por casa. “Comprá en tu placard”, dice Westrap, quien redescubrió ropa y cosas que tenía olvidadas. Hannah Blass, otra fanática del movimiento, coincide: “Ordenar el placard fue terapéutico. Dejé de verlo como ‘vacío’ y aprendí a valorar lo que tengo”. Lo mismo pasa con los libros: revisar tu biblioteca puede ser todo un hallazgo. Un año sin compras no significa renunciar a todo, sino encontrar un equilibrio que desafíe el consumo sin volverse un castigo. Westrap armó listas roja, amarilla y verde: “En la roja puse lo prohibido, como ropa o delivery. En la amarilla, cosas permitidas con límite, como entradas al cine sin snacks. La verde fue para necesidades básicas como alimentos”. Este sistema, junto con detalles como llevar snacks y café de casa, le ayudó a evitar gastos impulsivos.
.
Obvio que no todo sale perfecto. Hay días en que las reglas se rompen. Pero, como dice Westrap, “¡No te castigues! Incluso un día sin gastar es un logro”. Lo clave es enfocarse en el progreso, no en la perfección. Desafiar el consumo no solo alivia el bolsillo, también te hace pensar en cómo y por qué gastás. Quizá 2025 sea el año para dejar de asociar el consumo con la felicidad y empezar a elegir con conciencia