Este año lo inicié con un burnout fuerte. Venía de un tiempo largo andando en automático, enfocada en resultados y tratando de no decepcionar a nadie. Y en ese camino un poco que me decepcioné yo.
Algo perdida, agotada, esa angustia de no poder con todo y tocó parar y revisar, lecturas, terapia, coach, meditación, y en ese camino apareció India como una posibilidad, un despertar.
Viajera curiosa always, noviembre/24 armé valijas, 23 horas de vuelo Buenos Aires – Delhi y ahí conexión doméstica con Air India llegué a Udaipur. Mi entrada a India, mi portal, mi primer amor.
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Udaipur es algo así como un Lago di Como o una Venecia, “la Ciudad de los lagos” y palacios, muchos convertidos en hoteles de lujo y noviembre es temporada alta de bodas. O sea, el avión era tipo un charter repleto de invitados yendo a una boda. Amigos de la novia, otros del novio y meta charla no va que obvio, nos invitaron. A las horas de llegar a India ella montada en vestido de noche, tacos, pelo, make up, lancha al hotel Raffles Resort y ¡boda! Jajaja. El hotel Raffles es uno de los más lujosos, queda sobre el lago Udai Sagar y son casi 10 hectareas. Llegamos en lancha y mayordomo, pasamos los controles de seguridad y de una estábamos en la lista de la novia como amigas de toda la vida.
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La historia de las bodas en India es larga y compleja pero de momento entendimos que, más de la mitad de los casamientos son “arreglados” y la minoría son por elección de los novios. O sea, el matrimonio en India mayormente está digitado por las familias. Acá parecía que se eligieron los novios aunque eran de religiones diferentes. Él era Sikh y ella hindú y la ceremonia, celebraciones durante 4 días.
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Nos contaron que no hay un líder religioso que los case o juez, sino que la celebración es con los propios invitados, también que días antes de la fiesta, los invitados de la novia realizan los diseños de henna que va a usar la futura esposa y que tiene algo así como un mensaje anti mal de ojo y para alejar espíritus malignos, obvio nadie de blanco, todo son colores vibrantes y mucho accesorio, joya, oro y él con turbante.
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Nosotras caímos el día que les tocaba el Sangeet, que es la celebración llena de coreografías tipo Bollywood y concurso de baile que ensayan durante meses y montan el show, novia con amigas, novia con primas, novio con vecinos, novio solo, y así, como si fueran diferentes escenas de baile donde para mi sorpresa, no vi a los novios bailar juntos. ¡No saben lo que bailabaaan! El novio un genio, o sea, altas coreos montan. Experiencia de película que real estaba cero planeada. ¡Te quiero primera noche en India que me dejaste la vara muy arriba!
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Must do en Udaipur
- City palace (no olvidar visitar la colección de cristal más grande del mundo)
- Jagdish temple
- Centro de la ciudad (chiquito y con mercaditos callejeros) pasar por Hathi Pole Market
- Paseo en barco por Lago Pichola (algunas opciones con cena)
- Asistir a algún espectáculo de danza tradicional de Rajasthan
- Bagore Ki Haveli
Nos hospedamos en el Taj Lake Palace, que queda sobre el lago Pichola y está rankeado como uno de los más lindos y lujosos de India. Según nos contaron, era uno de los palacios favoritos de Jackie Kennedy y ella sugirió que lo conviertan en Hotel. También fue el set de la peli de James Bond “Octopussy” y la suite royal de Dua Lipa que estuvo por acá en enero ¿Podrán?
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En Udaipur me sentí princesa, navegando por el Lago Pichola en un barco de 150 años, sin electricidad, a la luz de las velas y cenando un curry delicioso, pues es la experiencia privada que te organizan en el hotel. Muy pero muy romántica, asi que si venís a Udaipur sola o con amigas, ¡Hay que activar Raya!
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