Red light; belleza biohack sin efectos secundarios

La luz roja (y cercana al infrarrojo) está revolucionando las rutinas de belleza y bienestar. Se trata de una tecnología no invasiva que estimula la producción de colágeno, mejora la circulación, calma la inflamación y promueve la regeneración celular, todo sin dañar la piel ni provocar calor como los rayos UV.

El procedimiento funciona con distintas longitudes de onda: la luz roja penetra hasta unos dos milímetros, ideal para hidratar y tensar; la infrarroja llega más profundo, apuntando a músculos, articulaciones y circulación. Además, cuando se combinan con luz azul, también ayuda a combatir el acné sin irritar la piel.

La evidencia científica promete resultados visibles: mejora de la textura, disminución de líneas y manchas, reducción de cicatrices, mayor luminosidad y mejor absorción del maquillaje. En algunos casos también reportan mejor calidad del sueño y alivio de dolores musculares o inflamación crónica . El secreto está en la constancia: varias sesiones por semana durante al menos varias semanas para efectos acumulativos.

Lo mejor: es un ritual que podés hacer desde tu casa con dispositivo LED aprobado por dermatólogos o en clínicas especializadas. Eso sí: ojo con la exposición ocular y consultá si tenés necesidades especiales o fotosensibilidad. Antes de lanzarte a la compra, chequeá que el equipo sea clínicamente respaldado y aprobado por la FDA o equivalente

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