Dejar el smartphone para volver al celular de siempre es tendencia para evitar la ansiedad que provoca estar 100% conectado. La hiperconectividad es una especie de milagro de la era moderna, que permite mostrar en tiempo real lo que sucede en cualquier parte del mundo, donde sea que uno esté. Beneficios tiene muchos, pero también perjuicios, como los que diversos estudios han identificado sobre la salud mental de la población: mayores tasas de ansiedad, estrés y dependencia digital, al nivel de otras adicciones, son algunos de los problemas asociados al estado “online” 24/7.
“Efectivamente, dispositivos como los smartphones, que cuentan con un montón de funciones, en muchas ocasiones ofrecen altos montos de información que uno no alcanza a procesar o siquiera filtrar del todo”, explica Joan Black, psicóloga clínica. “Esta sensación genera una hiperalerta, una necesidad de responder a esa cantidad de estímulos, y eso es imposible”.
Según detalla Movilzona, un portal especializado en tecnología, muchas personas están cansadas de los teléfonos inteligentes y están adquiriendo un ‘dumbphone’ para reemplazarlo.
Se trata de los recordados celulares básicos que todos usaban hace varias décadas. Aunque muchos pensaban que habían desaparecido, lo cierto es que muchas marcas como Alcatel, Nokia, etc., todavía los siguen fabricando. ¿Cuáles son las características del ‘dumbphone’? A diferencia de los smartphones, tienen una pantalla más pequeña (no táctil) y un teclado físico con el que podrás realizar llamadas a tus amigos, familiares, compañeros de trabajo, entre otras personas. También tendrás la opción de escribir mensajes, no solo SMS, algunos modelos si cuentan con conexión a internet y permiten que te conectes a apps de mensajería instantánea, entre ellas WhatsApp.
En cuanto al rendimiento de la batería, los celulares antiguos son notablemente superiores a los teléfonos inteligentes. “Debido a que carecen de aplicaciones demandantes y pantallas de alta resolución, estos dispositivos pueden funcionar durante días, o incluso semanas con una sola carga, en contraste con la necesidad de cargar diariamente los smartphone.