Durante siglos, el dinero fue un tema ajeno a las mujeres. La falta de acceso a la educación financiera, la dependencia económica y las normas sociales construyeron un muro invisible entre nosotras y nuestra autonomía económica. Hoy, aunque hemos avanzado, muchas seguimos sintiendo que el dinero es un terreno desconocido.
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Laura Visco, creativa publicitaria y autora, es la fundadora de Amiga, Hablemos de Plata, un espacio virtual dedicado a normalizar las conversaciones sobre dinero entre mujeres. Desde allí busca derribar tabúes, compartir herramientas prácticas y demostrar que gestionar nuestras finanzas no solo es posible, sino necesario. En esta entrevista, Laura reflexiona sobre los desafíos históricos y culturales, y comparte su visión sobre cómo construir autonomía en un mundo desigual.
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¿Por qué las mujeres históricamente fueron separadas del dinero?
Las mujeres fuimos relegadas al ámbito doméstico por un sistema patriarcal que nos negó la posibilidad de participar en las decisiones económicas. No teníamos acceso a la educación financiera, al trabajo remunerado ni a la propiedad. Mi mamá, por ejemplo, necesitaba la firma de mi papá para abrir una cuenta bancaria. Esa ley cambió recién en los años 70.
Aunque las leyes avanzaron, culturalmente nos enseñaron que el dinero no era un tema para nosotras. Muchas de nosotras ganamos dinero, pero delegamos su manejo en hombres: parejas, padres, hermanos. Nos acostumbramos a ceder el control y a ver el dinero como algo ajeno.
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¿Qué consecuencias acarrea esta distancia entre mujeres y dinero?
La desconexión histórica refuerza nuestra dependencia económica y limita nuestra autonomía. Vivimos más años, pero ganamos menos y tenemos menos ahorros. Esto hace que tengamos más probabilidades de caer en la pobreza, especialmente en la vejez.
Es fundamental reconocer esta disparidad para tomar acción: educarnos, hablar del tema sin miedo y exigir cambios estructurales. Siempre digo que negociar tu sueldo es uno de los actos más feministas que podés hacer.
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En tu newsletter decís que te fascina hablar de plata. ¿Cómo fue tu recorrido?
No nací entendiendo de dinero; lo aprendí a los tumbos. No vengo de una familia con plata, y construir mi patrimonio fue un proceso autodidacta. Cuando el poco dinero que había desapareció, tuve que hacerme cargo de muchas cosas. Ahí entendí que el dinero no es solo números; es autonomía, y forma parte de tu identidad.
Me di cuenta de que hablar de plata no es solo gestionar ingresos y gastos; es entender cómo te vinculás con el dinero, qué te enseñaron sobre él y cómo eso afecta tus decisiones.
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Creaste un espacio virtual de conversación entre mujeres. ¿Qué te gustaría lograr con esta plataforma?
Quiero que Amiga, Hablemos de Plata sea como ese grupo de WhatsApp donde podés preguntar lo que quieras sin sentirte juzgada. Un lugar para aprender, inspirarnos y perderle el miedo al tema.
A futuro, estoy trabajando en un libro que saldrá en marzo. Fue un desafío enorme escribirlo, no solo por la dedicación, sino porque me movilizó mucho emocionalmente.
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En Amiga! hablás de libertad financiera. ¿Cómo definís este concepto en un contexto tan desigual?
Para mí, la libertad financiera no tiene que ver con ser millonaria, sino con construir autonomía, aunque sea en pequeñas dosis. Es aprender a manejar tu plata, cuestionar el sistema y tomar decisiones que te acerquen a un poco más de independencia.
En un mundo más desigual y con estructuras de poder que buscan perpetuarse, hablar de autonomía económica no es un lujo ni una utopía: es urgente. Tener control sobre tu dinero significa tener la libertad de elegir cómo querés vivir.
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Laura Visco invita a cambiar la narrativa sobre el dinero y a reapropiarnos de esta conversación, porque hablar de plata, más que un acto financiero, es un acto de poder y de empoderamiento