Salir con alguien que sigue siendo amigo de tu ex puede ser un desafío, pero no siempre es una señal de alerta. Todo depende de los límites, la comunicación y cómo te hace sentir la situación. Algunas personas logran mantener vínculos sanos con sus ex parejas, mientras que en otros casos, esa cercanía puede generar dudas e inseguridades.
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La clave está en observar cómo se comporta tu pareja con su ex. ¿Hay transparencia? ¿Te sentís incluido en la relación o te da la sensación de que hay cosas que no te cuentan? Si hay confianza, respeto y todo fluye con naturalidad, no tiene por qué ser un problema. Pero si notás que hay secretos, comparaciones o una dependencia emocional fuerte, es válido replantearse la situación.
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También es importante evaluar tus propios sentimientos. ¿Te incomoda porque tenés inseguridades personales o porque realmente hay actitudes que te hacen ruido? A veces, el problema no es la amistad con el ex, sino cómo te afecta emocionalmente. Si sentís que podés manejarlo, quizás no haya nada de qué preocuparse. Pero si te genera angustia o dudas constantes, es válido ponerlo sobre la mesa y hablarlo con sinceridad.
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No hay una única respuesta correcta, pero sí hay algo que siempre debe estar presente: el respeto mutuo. Si ambos tienen claro lo que esperan de la relación y los límites están bien establecidos, la amistad con una ex pareja no debería ser un obstáculo. Al final del día, lo importante es cómo te hace sentir esa relación y si ambos están en la misma sintonía.
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