Equilibrio en el viaje; cuidate con estos cinco simples hábitos

Salir de viaje suele traer comidas abundantes, horarios revueltos y la tentación de vivir a pleno sin restricciones. Pero ese combo puede pegar fuerte en el cuerpo: digestión pesada, sueño desparejo, energía floja o inmunidad baja. La buena noticia es que según la naturopata con base en París, Julie Pradines, no hace falta ser estricta: con cinco hábitos antiinflamatorios sencillos y regulares, podés mantenerte en equilibrio sin arruinar la diversión.

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Estos trucos son facíiiiles de incorporar y realmente marcan la diferencia: arrancar cada comida con verduras crudas o cocidas para meter fibra; masticar bien para que la digestión empiece en la boca; sumar aceites de buena calidad como oliva o sésamo en cada plato; elegir cenas tibias y ligeras que no saturen el sistema; y cerrar cada comida con una caminata de 15 minutos, ideal para la digestión y la insulina.

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¿Te pasaste con algo un poco pesado? Tranquila: no hace falta castigarse. Pradines aconseja una infusión de romero, menta o hinojo tibia, moverte suave y volver a comer liviano en la próxima comida. La clave no es la perfección, sino mantener esos pequeños gestos constantes que, en conjunto, te devuelven el balance.

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En definitiva, estos cinco hábitos pueden ser tus aliados viajeros: fáciles, accesibles, sin renunciar a lo rico y sin armar dramas. Te permiten volver a casa descansada, con energía y sin pesar. Porque lo importante no es llegar perfecta, sino llegar bien. ¿Te animás a probar alguno en tu próxima escapada?

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