No siempre está en la hora que marca el reloj ni en cerrar la laptop. A veces el verdadero cierre del día pasa por un gesto, un cambio interno que te dice “ya está, ahora soy otra versión de mí”. El método STOP propone eso: una transición consciente que no solo corta la jornada, sino que le da un sentido.
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Desconectar es un acto intencional – STOP no es una lista de tareas, es un marco mental para soltar el peso del trabajo y reconectar con lo que te nutre. Un ritual de cierre, un reconocimiento a lo que hiciste bien, un vaciado mental para que nada te persiga… y un regreso al presente. Más que pasos, son señales que tu cuerpo y tu mente aprenden a leer.
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El after office no empieza en el bar sino Empieza en vos. Puede ser al salir de la oficina, al apagar la luz de tu escritorio en casa o al terminar una videollamada. La clave está en la conciencia de ese instante donde todo se desacelera y cambia de frecuencia. No es solo descanso, es preservación de energía.
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Una pequeña pausa que redefine el día y Si algo queda claro es que no necesitamos más horas libres, sino mejores transiciones. STOP no busca que trabajes menos, sino que vivas mejor lo que queda del día. Porque la productividad también se mide en momentos vividos fuera de la oficina.