En Copenhague los árboles hablan, la calle es silenciosa, la gente va en bicicleta a todos lados y los bebés esperan afuera en sus cochecitos mientras sus madres disfrutan de un perfecto café de especialidad en un bellísimo bar de diseño.
En Copenhague la gente no grita, no discute en público, no toca bocina, usa autos eléctricos y no teme ser víctima de un robo si deja el último iPhone solo en la mesa de un restaurante.
En Copenhague la gente parece muy feliz y se viste acorde a su humor; no se esfuerza en mostrar marcas o logos porque la ostentación no es un valor en su cultura y juega con texturas y colores osados porque juzgar al otro, también, está mal visto.
Aquí el street style es protagonista. Si las calles de Copenhague son una lección de estilo en cualquier época del año, durante los cinco días de Fashion Week directamente se inundan de inspiración para hacer estallar las redes sociales de los adictos a la moda en el mundo entero. Tan fuerte es el street style en la puerta de cada desfile que muchas veces cobra más importancia que las propias colecciones que se presentan puertas adentro para la prensa especializada, clientes, celebrities e influencers -las últimas grandes divas de este monumental circo fashionista.
La dinámica en la entrada y la salida de cada show no incluye alfombra roja pero sí hordas de paparazzis a la caza de influencers llegadas de todo el mundo, que posan como verdaderas estrellas ante los flashes y pasan semanas enteras planeando junto a su equipo de estilistas cada look de cada desfile (llegan a cambiarse hasta cuatro o cinco veces al día).
Adentro, en cambio, no existen los divismos ni los cuerpos hegemónicos. Dinamarca, como buena nación nórdica y precursora, lleva la diversidad al extremo en sus pasarelas y presenta allí modelos de todos los talles, todas las edades, todos los físicos y sexualidades. No es casualidad, entonces, que Alana Hadid, la hermana mayor de Gigi and Bella, haya decidido hacer su inesperado debut como modelo en este CPFW, estando ella en las antípodas de sus hermanas ultra hegemónicas y tuneadas