En un contexto donde el diseño, la funcionalidad y la conciencia ambiental se cruzan, las cocinas urbanas están viviendo una transformación silenciosa pero contundente. El espacio ya no se mide en metros cuadrados, sino en decisiones inteligentes. Cada objeto elegido cuenta, no solo por lo que hace, sino también por lo que evita: acumular, desperdiciar y saturar. En ese camino, los utensilios multifunción aparecen como protagonistas de una nueva forma de habitar la cocina.
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La premisa es clara: menos objetos, más funcionalidad. Lejos de ser una moda pasajera, esta tendencia refleja un cambio de mentalidad. Vivir con menos ya no se siente como resignación, sino como una declaración de estilo. Las cocinas abiertas, los estantes a la vista y la búsqueda de lo esencial impulsan productos que puedan hacer más con menos. Todo lo que se elige tiene que cumplir un rol concreto, pero también integrarse visualmente al espacio. Lo funcional y lo estético ya no se piensan por separado.
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Un ejemplo claro es La Fabulosa de Cookut, una sartén de origen francés que condensa ocho funciones en una sola pieza. Puede ser sartén, wok, olla, vaporera, freidora, molde para tortas, fuente para horno y más. Fabricada con aluminio reciclado, diseño elegante, colores vibrantes y mango desmontable, resume la idea de que un solo objeto bien diseñado puede reemplazar a varios sin perder identidad ni belleza. En tiempos donde cada centímetro importa, la versatilidad se convierte en valor.
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Este tipo de productos responde a una demanda cada vez más visible: simplificar sin perder calidad de vida. “Queremos objetos bien pensados, que duren, y que además se vean bien”, explican desde Cookut Argentina. Y es que en la cocina actual, funcionalidad y estilo no se excluyen: se potencian.